MEMORIAS DE UNA CHAMA
ROSA. En el poco tiempo que estoy en Lima conocí a un fotógrafo con cincuentón. Logramos hacer una buena amistad porque como él es soltero y yo separada, pasábamos buen tiempo conversando en las redes sociales. Me lo presentó una amiga en una reunión que realizó y a la que el susodicho fue a tomar las fotos a los presentes en esa fiesta. Tragos van, tragos vienen logramos congeniar. Me pidió mi número de teléfono y, desde entonces, ya vamos para dos años, somos patas. Todo esto fue, claro está, antes de la pandemia. Este hombre me ha hecho mi sesión en un lugar bonito para el recuerdo. Le salieron bellas las instantáneas. Hace poco me pidió para estar, pero no sé qué me da porque es un hombre que habla mucho de sexo. Entiendo que está solo, pero parece obsesionado con la idea. Me agrada como amigo, aunque no lo veo como pareja y no sé cómo decírselo. Sé que quizás él interpretó mal algunas de mis actitudes, lo asumo. No quisiera lastimarlo. Considero que no es de mi tipo por más buena persona que sea. Usted qué me aconseja
MI CONSEJO
Usted debe ser clara, quizá el hombre se ha ilusionado porque le dio alas para volar en ese sentido. Sin ofenderlo, dígale que lo aprecia mucho, pero que entre ustedes solo puede haber una bonita amistad.