Nada ganamos con seguir la política del Grupo de Lima y EEUU

ALBERTO ADRIANZÉN

Alberto Adrianzén es candidato al Parlamento Andino con el número uno por Juntos por el Perú. Ha sido parlamentario andino (2011-2016), asesor del Presidente Valentín Paniagua y es experto en temas internacionales.

—Usted postula por segunda vez al Parlamento Andino…

—Así es. Lo hago porque considero que las propuestas de Juntos por el Perú y de Verónika Mendoza son las mejores ya que promueven la integración andina, sudamericana y latinoamericana y porque si ganamos estas elecciones la política exterior de este país va a cambiar.

—¿Y qué piensa del proceso de integración actualmente en la región?

—Hoy los organismos de integración viven una crisis cuya responsabilidad principal, no única, la tienen los gobiernos de derecha. La Comunidad Andina de Naciones (CAN) es una nave al garete y lo mismo se puede decir del Parlamento Andino.

La actuación de la CAN en esta pandemia ha sido nula cuando existen convenios andinos sobre salud, como el Hipólito Unanue, que nos hubiese permitido coordinar las políticas de salud de los cuatro países andinos y comprar la vacuna colectivamente o antes las pruebas para el Covid 19. Y sobre la masiva inmigración de venezolanos no tenemos hasta ahora una estrategia nacional ni andina, ni regional, para enfrentar este reto.

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—¿Qué hacer al respecto?

—Es urgente volver a poner en marcha los organismos de integración: CAN, Mercosur, Unasur y la Celac y convertir al Parlamento Andino en un organismo político de fiscalización de la integración y que las políticas que apruebe tengan un carácter vinculante una vez aprobadas por los congresos nacionales.

—Y qué propone frente al tema de la inmigración venezolana?

—Lo primero es ayudar a Venezuela para que resuelva su crisis interna, porque es esta crisis, tanto por factores internos, malas políticas económicas, como externos -sanciones y bloqueos ilegales- la que ha provocado esta inmigración. Debemos “desmadurizar” nuestras relaciones con Venezuela.

Nada ganamos con seguir la política del Grupo de Lima y Estados Unidos, que ha convertido la crisis venezolana en una crisis política y humanitaria internacional y ha polarizado la región. Por eso Juntos por el Perú propone salirnos de dicho grupo.

Lo segundo, es tener una política andina y regional para enfrentar este problema y lo tercero es regularizar la situación de los venezolanos en el país, previa información para saber quiénes son y si tienen o no antecedentes penales, eso va a tener un impacto positivo en le tena de la seguridad.

En cuarto lugar, debemos aplicar una política, junto con Venezuela, que promueva el retorno de las y los venezolanos a su país. Y quinto, una política de desarrollo fronterizo que hoy tampoco tenemos para un mayor control de la inmigración.

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—¿Y qué opina de estas elecciones?

—Hoy la pandemia ha iluminado y agravado sobre todo nuestros problemas. Estamos pagando los costos de haber seguido por años una política económica neoliberal, de tener un Estado fallido, de no contar con un sistema de partidos y de tener en todos estos años gobiernos de derecha e instituciones y empresarios corruptos.

Esta crisis tiene hoy como sus expresiones visibles: la fragmentación política, el desempleo, la desconfianza hacia los políticos, la aparición de políticos aventureros y sin programa como Urresti o Vizcarra, o como la propia Keiko Fujimori que cree que lo mejor es volver a un pasado autoritario y corrupto.

—Háblenos de los otros candidatos…

—Está Forsyth, que considera que ser joven es garantía para ser presidente, o Lescano, que, como su partido, tiene múltiples rostros a convencía, y que puede acabar siendo otro Ollanta o Toledo.

La aparición de Rafael López Aliaga, como una alternativa ultraderechista y fascista, apoyada por las clases altas y grupos religiosos conservadores como el Opus Dei, Sodalicio, pentecostales y grupos antiderechos, es otra expresión de esta crisis que nos habla de la incapacidad de las élites de crear un partido de derecha o de centro liberal y democrático y construir un Estado laico.

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López Aliaga es el rostro brutal de una derecha, como la de Bolsonaro en Brasil, que busca imponer no solo una dictadura política sino también religiosa.

Por eso creo que el triunfo de Juntos por Perú es clave si queremos cambiar el país y participar de un momento progresista en la región que hoy se está gestando con los triunfos en Bolivia y esperemos que también en Ecuador y Chile.

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